Es aquí, justo en el seno de la familia, en donde se conoce del amor, el perdón, la esperanza, la fe, los valores y principios que darán destino. ¡Si!, la familia que, aunque imperfecta, es perfecta para cada uno de los que la conforman.

Nuestra institución, Colegio Cristiano Verbo, está comprometida con la formación de generaciones que aman la justicia y la verdad. Esta visión inicia en casa, el colegio, tiene autoridad delegada de los padres, de allí que siempre rectificamos: “En nuestra institución no recibimos estudiantes, recibimos familias”.

Ser necesitados, amados y tener a alguien que nos espere en casa es un regalo, al igual que la alegría de tener a alguien para volver a ella. La complicidad, la genuinidad, la emoción de contar los sucesos del día, de celebrar los triunfos y llorar las pruebas, de escuchar a papá y mamá, escuchar a los niños pequeños jugar e incluso el silencio del adolescente… Todas son etapas que, aunque hoy parecen permanentes, pasarán y muy pronto.

Mientras el tiempo avanza la familia es menos valorada e importante, mantener una familia unida y saludable cobra un precio, pero siempre lo reintegra. Sostener un matrimonio, no es sencillo, educar a los hijos, no es tarea fácil, buscar y seguir juntos el camino de Dios, tampoco es el camino cómodo, sin embargo, si ve a cada miembro de su familia a través del propósito y la misión de Dios sobre él, si ve su futuro, su fuerza se renovará. No verá únicamente a un padre ocupado o una madre agotada, a un hijo inquieto o un hijo desobediente… ¡no!, por la fe, usted podrá ver a cada miembro de su familia con el amor con que Dios los ve y podrá bendecir, apoyar, instruir, corregir, perdonar y amar.