Lcda. Glendy Pérez de González

Direrctora General de Colegio Verbo Naranjo

Hace varios años, durante mi niñez, aprendí que el lenguaje, las palabras, las ideas y los sueños, están determinados por quien las habla y en efecto, por quien las escucha. Les cuento más adelante…

 

Es bien sabido que las palabras tienen poder, nuestro Dios mismo abrió su boca, dijo la Palabra y fue hecho. En el preescolar se cantaba un coro que decía algo así: “Con tu poder, creaste los cielos, creaste la tierra, Señor, con tu Palabra al mundo afirmaste, afirma mi vida Señor, que Tu Palabra germine en mí y vida me dará, refresca mi alma y alivia mi ser, Tu Palabra, lo hará”.

Fuente: Club Peregrinitos.

Interesantemente, después de cantarlo con todas las fuerzas, los niños volvían a la calma y seguíamos aprendiendo en la hermosa jornada escolar. El canto tiene una promesa y una verdad.

 

Las palabras no son solo palabras, son sentimientos, visión, destino, son las que moldean la vida del que las dice y del que las recibe: “No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre”. Mateo 15:11

A lo largo de este año y no hablo del que va en curso sino del que inició el 16 de marzo de 2020, hemos pronunciado palabras de inconformidad, de rechazo a la situación, de preocupación, irritación y de angustia que, aunque es válido, han debilitado nuestro contentamiento y nuestra esperanza, por lo que es muy necesario poner un guarda en nuestra boca o quizás instalarlo más adentro, en el corazón que es la fuente de lo que hablamos.

En libro 7 ½ Lessons about the Brain, de Liza Feldman Barret, (2020), indica que el poder de las palabras no es una metáfora, el poder está en nuestras conexiones cerebrales.

 

El texto pregunta sobre el porqué de los efectos tan amplios de las palabras sobre nosotros, y explica que muchas regiones del cerebro que procesan el lenguaje también controlan el interior del cuerpo. Los científicos le llaman “La red del lenguaje” que conduce la frecuencia cardíaca hacia arriba o hacia abajo, ingiere sobre la glucosa que ingresa al torrente sanguíneo, e incluso cambia el flujo de químicos que apoyan el sistema inmunológico.

Con el tiempo, cualquier cosa que contribuya a un stress crónico, podrá agobiar el cerebro gradualmente, esto incluye agresiones verbales, ofensas, rechazo y negligencia.

 

Somos libres para hablar y actuar, pero no podremos librarnos de las consecuencias de lo que decimos y hacemos. Sea bueno o malo. Esto es un dilema fundamental de la condición humana: Lo mejor para un sistema nervioso es otro ser humano y la peor cosa para un sistema nervioso es otro ser humano. “El hierro con hierro se afila y un hombre aguza a otro” Proverbios 27:17

¿Alguna vez ha escuchado sobre el efecto Pigmalión? en psicología y pedagogía, se refiere a la potencial influencia que ejerce la creencia de una persona en el rendimiento de otra. Una profecía autocumplida, es una expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se cumpla. Esto es simplemente maravilloso, habla tu destino, no tu circunstancia. “Te he puesto por padre de muchas naciones. Y lo es delante de Dios, a quien creyó el cual da vida a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran”. Romanos 4:17

Tengo algo pendiente que contarles, y es que cuando era niña tuve muchos problemas de salud principalmente en las vías respiratorias, les confieso que nunca quería ir a estudiar los lunes, y mi papá me autorizaba la ausencia por mi delicada condición, sin embargo, no era un día de descanso, debía aprender 10 palabras con definición de diccionario, 10 capitales del mundo y dos letras de canciones que él elegía, fueron tantos lunes, que casi le di la vuelta al mundo. Pero el tema principal es que mi papá siempre creyó en mí, decía que tenía una memoria asombrosa, que mi capacidad de análisis era alta y que mi inteligencia era superior.


Regularmente me sanaba cuando al volver, yo orgullosa de mi logro, sacaba de mi memoria la tarea y sacaba de su boca alegría y satisfacción, este recuerdo me acompañan hasta hoy. Él falleció cuando yo tenía 11 años.

Cuando cumplí 7, pedí la Barbie del momento, una que traía varios vestidos y la anunciaban constantemente en TV. al final del anuncio se escuchaba: Mattel, ¿qué creen que recibí? “Un libro de exégesis bíblica” lloré, hasta que me invitaron a predicar a los 14 años y sin saber qué hacer, encontré el mejor libro de consulta. Creo que mi papá sabía lo que hacía.


No sugiero que mi vida sea maravillosa o que en efecto mi inteligencia sea superior, sin mi padre, mi vida se tornó cuesta arriba, pero sus palabras me ayudaron a creer que podía prepararme para las dificultades de la vida, él fue el primero que me habló de Jesús ¡Su paternidad es indiscutible!
– Salmos 68:5

Mientras agradezco el favor de su lectura, les pido que vayan con el autor del universo, Él sabe de sus vida, de sus batallas y de sus temores, sabe cuánto aman a sus hijos y todos los sacrificios de amor por ellos, ¿saben?, sus hijos son de Él, no hay nada que temer, puede presentarlos ante Él. Él sabe cómo enmendar todo, incluso las palabras. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, Malaquías 4:6.

 

Luego, cuide sus diálogos con usted mismo, recuerde quién es, recuerde que fue comprado por alto precio y que su vida es amada, aceptada y valiosa, su vida no es este momento, su vida es eterna y está asegurada.

Por último, le invito a hablarle a sus hijos con la atención y el cuidado que un artesano presta para moldear esa pieza única, elegante, valiosa y que le ha sido encomendada. Por supuesto que no quiere quedar mal ante tal pedido, ¡no puede fallar!, tendrá la habilidad de exhortar, motivar, reprender, de enseñar, corregir, de levantar, de revivir, de enfocar, ¡claro que podrá!, usted y yo sabemos que tiene en sus manos un hijo único e irrepetible, y que tiene el honor temporal de hablar sobre él, al final de los tiempos, su hijo también repetirá las palabras a sus hijos y entonces podremos ver la bendición de generación a generación

Con esperanza,

Miss Glendy.